El proceso de secado de granos es fundamental para la producción agrícola. Mejora la calidad del grano, reduce las pérdidas y el desperdicio de granos y garantiza el suministro nacional de granos y la seguridad alimentaria. La clave para secar el grano es controlar la temperatura, la humedad y el flujo de aire durante el proceso para garantizar un secado rápido, eficiente y uniforme. Se deben seleccionar procesos y equipos de secado adecuados teniendo en cuenta las diversas características del grano para garantizar su calidad y su idoneidad para el almacenamiento.